Gustavo Petro
Gustavo Petro|Mar 23, 2025 16:51
Es indudable que el mundo esta en una situación en que la deuda pública ha adquirido dimensiones de impago, solo sustentada por la emisión en dólares que realiza EEUU. Si EEUU deja de emitir, la deuda pública mundial dejaría de existir por falta de pagos y se derrumbaría el ciclo acumulativo del capital y por tanto las ganancias, objetivo único del capital. He pedido una y otra vez que exista un derecho de emisión por parte del FMI que se traslade de inmediato a pago del stock de la deuda mundial y que se cambien esos nuevos activos que se liberarían al disminuir el pago de la deuda mundial por un gran plan Marshall planetario para mitigar y adaptarse al cambiante ámbito climático, cada vez más catastrófico respecto a la vida en el planeta. Mi propuesta es una solución mundial pero afecta el sistema financiero mundial, y la lógica misma del capital que no quiere paz sino mercado sin regulaciones. Luchar contra la crisis mundial implica un plan mundial y no lo quieren los megarricos. Se trata de organizar a escala planetaria la humanidad para poder sobrevivir. Y es una lucha contra la lógica esencial del capitalismo, que es de donde se origina el mayor problema a la existencia, simplemente por el deseo de ganar más: la codicia, que es la cultura dominante del ser humano bajo el capitalismo, que solo es una época histórica de la humanidad, y como tal, va a finalizar. Ahora el final del capitalismo, porque es necesario para la humanidad superarlo, ya no nos sirve para vivir mejor; puede originar la muerte de todo lo viviente, simplemente por codicia. La lucha por la vida es hoy lo prioritario y hay que unir toda fuerza social o política que luche por la vida a escala planetaria. Esto se llama tener conciencia planetaria, global, conciencia como humanidad. La humanidad es hoy la nueva base de la revolución mundial, y la revolución es una revolución por la vida de todos los colores. Pero la revolución se hace localmente y el capitalismo no se acaba por decreto. Por eso hay que transformar la ONU de alianza entre Estados, a alianza entre pueblos. Y por eso hoy toda la izquierda no puede ver como enemigos a las religiones, sino convocarlas a la lucha. Dios existe y es la vida misma. El fluir eterno de la fuerza vital en el universo. Y hay una guerra mortal y abierta contra y por la vida y debemos organizar la resistencia y construir un gran ejército desarmado por la vida porque ellos tienen ya el poder militar de destruir el mundo. Ya disparan las bombas a los bebés, que son el futuro de la humanidad. Han comenzado. Nos han declarado la guerra Las juventudes y las mujeres del mundo son nuestros grandes aliados. Se han conformado equipos de expertos y dimos un gran impulso en la Cop16, pero hay que decirlo, el mundo no avanza en esta dirección, sino en la contraria, y los recientes triunfos de las derechas,en países poderosos, la izquierda gana en los pobres, y los pobres son hoy desechables y no los escuchan, profundizando el camino a la inversa, que es mortal, por los tiempos de vida que restan a la especie humana. El embrujo fetiche de los mega ricos, verdaderos impulsores del crecimiento de las gases invernaderos en la átmosfera, que cada vez tiene más residuos gaseosos del creciente acumulado de gases provenientes del uso industrial del petróleo, el carbón y el gas, como la energía del Capital y la ganancia o como la llamo: la codicia; marcan cada segundo de acercamiento al final total de la vida. El fetiche de los mega ricos, y gastan fortunas enormes allí, no es como construir un turismo interestelar, sino como escaparse del planeta que destruyen por ganar más dinero. Los mega ricos son esclavos del capital, que paradoja. Y el capital sigue siendo una relación entre seres humanos donde unos son los dueños de las máquinas, ahora con inteligencia artificial, y otros son meros asalariados, sin más libertad que asalariarse. La lucha de clases es hoy una lucha mundial y local por la vida.
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